Quejas por malos servicios públicos y privados, denuncias contra empresas automotrices por el precio de los planes de ahorro, acusaciones de estafas por compras online, demandas contra empresas de turismo por cancelaciones de viajes o falta de servicios. Cada día que pasa los usuarios levantan su voz ante lo que consideran la vulneración de los derechos y por eso también es que cada vez más hay asociaciones que plantean sus defensas. A partir de todo eso, desde 2020, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se convirtió en el primer distrito del país y en uno de los primeros del mundo en contar con un fuero judicial exclusivo para resolver estos problemas: el fuero Contencioso, Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo. Carlos Eduardo Tambussi es profesor adjunto de la Facultad de Derecho de la UBA, funcionario judicial de CABA y es uno de los tres jueces que entrarán en funciones específicamente en este fuero en los próximos días. Y remarcó que lo que principalmente se busca es resolver conflictos puntuales que, como se explicó, tienen al usuario como principal protagonista. Tambussi participó en el Colegio de Abogados del “Ciclo de formación en Derechos del Consumidor y estrategias de litigación”.
- ¿Cómo se llegó a la necesidad de crear un fuero para consumo?
-Todo esto viene desde el 2020 en plena pandemia. La ciudad tomó la decisión a través de una ley de tener una justicia especializada en materia de consumo. Hasta hoy en ese fuero se le da la competencia a los jueces contenciosos administrativos, parcialmente, hasta ahora que se creará la justicia con jueces propios. Se hicieron los concursos y jurarán los primeros tres jueces de la ciudad y del país, de los cuales yo soy uno, que van a tener competencia de Consumo. Somos tres de primera instancia, pero la Cámara es del fuero administrativo, por ahora.
-¿Se debió adecuar la ley?
-Se creó un código procesal especial para casos de consumo, la ley 6.407, que se aprobó sin votos en contra. Con todo esto seguiremos aplicando las novedades de la digitalización; todo el trámite es oral, presencial, con audiencias donde se produce la prueba. Pero fundamentalmente hay muchas instancias conciliatorias previas para que se fomenten los acuerdos, y para que no haya saturación de entrada. Allí la gente se puede reunir con especialistas en resolución de conflictos, todo esto antes de ir a la justicia. Se trabaja con el Servicio de Conciliación Previa en las Relaciones de Consumo (Coprec) y con la mediación tradicional histórica. Hay un equipo de conciliadores, más de 300. Es una etapa donde se puede escuchar una oferta, tratar de ponerse de acuerdo, evitar la judicialización mediante la conciliación.
-¿Qué otros beneficios tiene ese Código?
- Es de absoluta avanzada, muy distinto a los códigos convencionales. Se resalta la gratuidad, la oralidad, la transparencia para los consumidores. Todo esto para que los conflictos se resuelvan rápido. Hay una visualización del problema como un espacio válido. Y hay una respuesta judicial a los problemas. Antes se estaba mucho tiempo en cada conflicto y ahí se pierde la noción real de Justicia, que debe ser en un tiempo prudencial. Hicimos punta a nivel mundial, con institutos históricos del derecho procesal, con principios procesales de fondo sobre consumo. Se analizan las pruebas que debe presentar el consumidor, se destaca la la oralidad, y se armó un sistema de tratamiento de juicios para que las cosas se resuelvan en un tiempo razonablemente corto y que se eviten demoras y dilaciones.
-¿Con qué escenario se encuentran hoy para resolver estos conflictos?
-El grado de conflictividad es alto, las cuestiones turísticas, de cancelación de vuelos, los planes de ahorro o los créditos UVA, los fraudes bancarios electrónicos, el vaciamiento de cuentas, la discusión sobre los bienes y servicios.. Todo esto se da como actualmente cuando los proveedores funcionan de manera deficiente. Por eso este fuero tiene un valor agregado, que es la conciliación, y estamos teniendo un ritmo muy fuerte de causas. Se debe fomentar la cultura del acuerdo. Esta es una forma nueva del derecho. Cuando necesitamos algo para consumo final nuestro, solamente tenemos esa necesidad y ahora tenemos a un profesional que nos ayuda con el servicio que necesitamos. Muchas veces el proveedor se abusa. El comercio electrónico trajo algo más fuerte que es que el proveedor es anónimo, entonces el usuario pena contra una página web, no sabe quién está del otro lado. Repito, hay muchos abusos y el consumidor siempre se siente desprotegido.
-¿Por qué sucede esto?
-Porque no están en igualdad de condiciones el comprador y el vendedor. Los usuarios ponemos nuestros datos online, nuestras tarjetas, siempre hay riesgo. Se creó un sistema que convence al consumidor. El nuevo Código tiene principios protectorios. Queremos terminar con el mito de que los juicios no terminan, de que son larguísimos. Queremos responder pronto y bien. En todo esto las asociaciones de defensa tienen un papel que viene de la Constitución. Tiene una reglamentación. Pueden iniciar acciones colectivas y dar soluciones, pueden ser asesoras. Siguen teniendo procesalmente el espacio que siempre tuvieron. Creemos que con todo lo que hizo y lo que se hará los consumidores podrán accionar con más seguridad. Está en nosotros dar las soluciones necesarias.